Si me preguntasen qué es lo que me hace feliz, no diría nada de dinero, riqueza, un chalet con un jardín inmenso, un avión privado... No. He descubierto que lo que a mí me hace feliz de verdad, multiplica por diez la felicidad que si tuviera un chalet o un avión privado. Y esa razón que me hace feliz, no tiene precio. No se puede comprar ni comparar con nada ni nadie. Es muy simple e inigualable. Es único y sólo desearía tenerle a ÉL, a esa persona a mi lado para que me haga feliz.
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