domingo, 27 de febrero de 2011

Una historia, infinitas lágrimas...

Un amor, un sentimiento, un recuerdo, una caricia, un susurro al oído, un roce delicado, un enlace de manos, una vida para compartir, un te quiero... Una historia de dos personas llenas de risas, discusiones, caprichos, celos, tristeza, felicidad... Cuya historia nunca perdura para siempre. 
Esa historia que hace ya tiempo creías que iba durar para siempre, para toda la vida, que te esperaba toda una vida con Él. 
Desde aquel día inesperado, te das cuenta de que nada más será igual a lo que era antes. Ya no volverás a sentir sus abrazos, caricias, besos, susurros, su mano, su cuerpo cerca de tí, su sonrisa, sus muecas, sus tonterías que sólo las sabe hacer Él... Te percatas en silencio, hundida en tu propio dolor, de que ya no volverás a estar cerca suya...

Todo lo que ves a tu alrededor te recuerda a Él, todo lo que hablasteis, todo lo que os contasteis, simplemente todo aquello que añorarás durante el resto de tus días. 
Ese dolor constante, intenso del amor... esa sensación de que le has perdido. Has perdido todo, has perdido lo que era tu vida, Él. 
A pesar de todo, sigues adelante con la rutina del día a día. Todo cuanto te rodea no tiene sentido ya, ese motor que siempre estaba en funcionamiento, esas mariposas acariciándote el estómago, ese corazón a mil por hora, esa sonrisa involuntaria cuando lo ves... y todo esto, cuando se acercaba a ti, o te enviaba un mensaje de los suyos. 
Te pones a pensar, y sabes a la perfección de que ya no eres feliz, tu estilo de vida lo decides tú ya que La felicidad, no es una meta, sino un estilo de vida... Aunque eso ya no te importa... sólo necesitas a esa persona para ser feliz, nada de dinero, aviones privados o cosas por el estilo...
Pasan los días, las horas, las semanas, los años y te das cuenta de que el corazón será el que guíe tus pasos... Y te propones tu próxima meta: El olvido, difícil de alcanzar. A veces, imposible.


Muaks
LauraSoñadora

No hay comentarios:

Publicar un comentario